Hernia Discal en mascotas

Hernia Discal en mascotas

Las hernias discales son una de las patologías neurológicas más frecuentes y dolorosas en la clínica diaria de rehabilitación. Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de este diagnóstico?

En este texto, te daremos una guía básica para que puedas identificar, cuidar y prevenir esta patología.

¿Qué es?

La hernia discal es un proceso que afecta la columna vertebral, en el cual el disco intervertebral se desplaza de su posición normal. Esto genera presión a nivel de la médula espinal y los nervios próximos, en mayor o menor grado, lo que deriva en distintos signos clínicos dependiendo del nivel de compresión que se esté generando.

Predisposición

La hernia discal puede ser degenerativa, lo que significa que está asociada a la edad y al desgaste fisiológico normal, genéticas, obesidad y traumáticas.

Las razas con mayor predisposición a la hernia discal son aquellas con anatomía condrodistrófica (extremidades cortas y columna larga), tales como Teckel, Basset Hound, Shih Tzu, Bulldog Francés e Inglés, Beagle, Pekinés, Lhasa Apso y sus mezclas.

Signos Clínicos y Diagnóstico

Entre los signos clínicos, se pueden observar dolor en alguna porción de la espalda, cojera o dificultad para moverse, paresia o pérdida de sensibilidad en sus extremidades, incontinencia fecal o urinaria y debilidad. Estos signos se presentarán según la severidad o el grado de herniación.

Si bien el examen neurológico y la anamnesis ayudan en la obtención de un diagnóstico, el examen fundamental para confirmar una hernia, su localización, severidad y favorecer el abordaje quirúrgico es el TAC o la resonancia magnética. Un examen más sencillo pero que nos permitirá evaluar la médula es la mielografía, que es una radiografía con un medio de contraste.

Tratamiento

El tratamiento siempre es multimodal y está asociado al grado de la hernia. Si nuestra mascota presenta, mediante diagnóstico, una hernia en grado III a IV, deberá ser sometida a cirugía con un especialista (neurocirujano), y posteriormente realizar rehabilitación y tomar medicamentos como analgésicos y antiinflamatorios.

Los pacientes con hernia clasificadas en grado I y II pueden recibir un tratamiento conservador, que consta de reposo, medicamentos y fisioterapia. En estos casos, es importante tener presente que nuestra mascota tiene su hernia presente, por lo que los cuidados deben ser continuos y se deben realizar chequeos anuales.

Prevención

Para aquellos perritos condrodistróficos, lo ideal es fomentar el uso de rampas o escaleras, evitar saltos o movimientos que puedan inducir a golpes en la columna o a un desgaste acelerado de los discos, además de suplementar con condroprotectores.

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